martes, 4 de noviembre de 2014

Tradiciones y costumbres, un peligro latente

Una frase popular señala que el ser humano es un animal de costumbres. De hecho un gran número de expertos dicen que veintiún días consecutivos, es el tiempo que precisa una persona para cambiar un hábito. Después de tres semanas la acción repetida quedará internalizada como una costumbre.
Si nos detenemos a observar la manera en que llevamos a cabo ciertas tareas, vamos a darnos cuenta, que existen patrones repetitivos en nuestra manera de realizar determinadas actividades. Por ejemplo al conducir a la oficina, salvo exista alguna circunstancia especial que nos obligue a cambiar nuestra ruta, siempre vamos a ir por el mismo camino. Al levantarnos para iniciar nuestras actividades todas las mañanas, es muy probable que siempre lo hagamos a la misma hora, y del mismo modo. Ejemplos podemos encontrar en cantidad si nos detenemos a observar cómo nos desenvolvemos diariamente.
El problema se origina cuando esos hábitos se convierten en paradigmas que permanecen en el tiempo y nos impiden abrir nuestra mente y nuestros corazones a otras formas de percibir la realidad, y en muchos casos inclusive no nos permiten ver la verdad.
Muchas veces a causa de estas costumbres y tradiciones; las que han permanecido en el tiempo; aceptamos premisas erróneas. Por el simple hecho de haber subsistido en el tiempo, es decir por haberse trasmitido de generación en generación y ser de gran aceptación y difusión general, les otorgamos una validez irrefutable.  Nos resulta muy cómodo, dado que no necesitamos pensar o cuestionar nada, ya todo está resuelto!!!! Y como ha permanecido en el tiempo debe ser verdad. Esta capacidad para automatizar los procesos y procedimientos, algunas empresas han utilizado para garantizar su éxito y la correcta manera de llevar a cabo las labores diarias, y en realidad, si nos ponemos a pensar, no es tan malo estandarizar determinadas áreas de nuestra vida, pero esto trae aparejado consigo un gran peligro latente, cuando estas supuestas verdades sirven de fundamento para tomar decisiones que pueden afectar a nuestro futuro y porque no también a nuestro presente en otras áreas como ser la relación con nuestro creador.
Durante el tiempo que Jesús desarrolló su ministerio en la tierra, una constante fue su enfrentamiento con los religiosos de la época, justamente por este punto, Él iba en contra de sus tradiciones, los acusó de que por el bien de ellas violaban y anulaban los mandamientos directos de Dios (Mat 15:1-9). 
Cuantas veces hoy en día nosotros nos comportamos al igual que esos escribas y fariseos, cuando por nuestras “tradiciones”, menoscabamos el sacrificio de Jesús en la cruz del calvario. Cuando guiados por ellas seguimos reglas y procedimientos que nos alejan de la verdad del Evangelio. Cuando las anteponemos a la Palabra de Dios.
Si aceptamos que la Biblia ha sido inspirada por Dios, y es útil para enseñar e instruir en justicia entre otras cosas (2 Tim 3:16) debemos tener muy presente que la misma nos advierte en varias partes acerca de seguir las tradiciones de hombres y dejarnos guiar por ellas, así en Colosenses 2:8 nos dice que no debemos permitir que nadie nos atrape con filosofías huecas y disparates elocuentes, que nacen del pensamiento humano y de los poderes espirituales de este mundo y no de Cristo (NTV). También nos aconseja que dejemos de prestar atención a mitos y mandatos de quienes se han apartado de la verdad (Tito 1:14).
La pregunta que debemos hacernos es si vamos a seguir permitiendo que el dios de este mundo, ósea satanás, nos siga cegando el entendimiento para que no nos resplandezca la luz del Evangelio de la gloria de Cristo (2 Cor 4:4), o vamos a dejar de lado nuestras tradiciones para tener una verdadera relación con nuestro Padre que está en los cielos? De nosotros depende que tengamos un corazón predispuesto a recibir la revelación del Espíritu Santo.

1 comentario:

  1. Me maravilla leer y ver el fruto de la obra del Espíritu Santo en tu vida, y de lo que Dios puede hacer con aquellos que sabiamente deciden anteponer su infalible Palabra ante todo y todos; en tan solo 48 meses de vida nueva en Cristo Jesús. He aquí el fruto de una Relación con el Creador, el cual es diametralmente opuesto a la religión.

    ¡Felicitaciones Hermano; Amigo y Ex-Discípulo Lalo!

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